Usar Linux en Windows 11 puede parecer una locura, pero en realidad es más sencillo de lo que parece, y una vez que le agarras la onda, funciona de maravilla. Gracias a Windows Subsystem for Linux (WSL), puedes olvidarte de esas máquinas virtuales o particiones complicadas — Linux corre bastante nativo dentro de Windows, lo cual está buenísimo. Lo primero es activar WSL en las funciones de Windows, que no es nada difícil pero sí un poco enredado si no estás acostumbrado a navegar por los menús.
Para eso, busca en el menú Activar o desactivar características de Windows. Normalmente, lo encuentras en Configuración > Aplicaciones > Funciones opcionales, o simplemente escribe esa frase en la búsqueda del menú de inicio. Ahí, busca Subsistema de Windows para Linux y márcalo. Pero ojo, muchas veces, con hacer clic en “Aceptar” no basta y tienes que reiniciar la compu. Así que no te olvides del reinicio, o WSL no va a activarse bien.
Una vez que tienes WSL activado, el siguiente paso es instalar alguna distro de Linux. Entra al Microsoft Store — ahí encuentras Ubuntu, Debian, Kali, lo que se te antoje. Clic en “Obtener” o “Instalar” y listo. La mayoría de las distros se instalan fácil, aunque en algunos casos puede quedar colgada la descarga o dar errores raros. Solo ten paciencia o prueba a reiniciar si nada pasa en unos minutos. Cuando termine, abre la distro desde el menú de inicio, y te va a pedir que pongas usuario y contraseña. Eso será tu acceso en Linux, así que elige algo que puedas recordar y que no sea “123456” (tipo, mejor algo más serio).
¿Por qué vale la pena hacerle un update? Pues, porque con sudo apt update && sudo apt upgrade
actualizas todos los programas y parches de seguridad, y te ahorras dolores de cabeza más adelante. La primera vez puede ir un poco lento si tienes internet lento, pero después se pone más suave. Si el comando de actualización se atasca, prueba con sudo apt update --fix-missing
. En una máquina funcionó después de reiniciar, en otra seguía sin problema. La idea es que tengas todo al día.
Una vez que tu Linux está listo, empieza a probar comandos y a mover archivos. Desde Windows, puedes acceder a tus cosas en /mnt/c/
y editar archivos sin drama, usando cualquier editor de Linux. Y si quieres ver tu escritorio, WSLg en Windows 11 ya puede correr apps gráficas, lo que es una locura — solo asegúrate que tu Windows esté en la versión más reciente.
Un consejo útil: usa Windows Terminal. Es una maravilla porque en una ventana puedes abrir varias pestañas — PowerShell, CMD, WSL — todo junto, y cambiarlas cuando quieras, súper cómodo. Además, al principio no es tan difícil cambiar entre comandos de Windows y Linux, así que pruébalo. Ah, y si después de alguna actualización de Windows WSL deja de funcionar, suele ser cuestión de reiniciar o resetear un poquito.
Si quieres comprobar que estás usando WSL 2 (que es mucho más rápido y soporta kernels completos de Linux), abre PowerShell como administrador y escribe wsl --set-default-version 2
. Después, revisa qué versión tienes con wsl -l -v
. Si todavía tienes WSL 1, actualiza con wsl --set-version
. La razón: WSL 2 maneja Docker y procesos pesados mucho mejor.
Por último, si notas que todo va más lento de lo normal, revisa si tienes habilitada la virtualización en la BIOS/UEFI. A veces viene desactivada por defecto y eso afecta el rendimiento. Reinicia, entra en BIOS, y busca la opción de Virtualización para activarla. No siempre es evidente, pero en Windows suele andar medio escondida y sí que hace la diferencia.
Y si alguna distro ya no te interesa mucho, la puedes desinstalar fácil desde la Microsoft Store, o abrir PowerShell y poner wsl --unregister
. Solo recuerda que si no haces backup, ¡todo se va con esa acción!
Resumen chido
- Activa WSL en Windows.
- Instala tu distro favorita desde la Microsoft Store.
- Haz un update:
sudo apt update && sudo apt upgrade
. - Crea tu usuario Linux y familiarízate con él.
- Empieza a usar comandos y a mover archivos entre Windows y Linux.
Ojalá esto te ahorre unas horas de vueltas innecesarias. Porque, claro, Windows suele complicar más las cosas de lo que debería, pero al final se puede lograr. Cuando tengas estos pasos bien, te va a resultar más fácil todo, y quizás más adelante puedas agregar plugins o extensiones para sacarle más jugo. Espero que te sirva, ¡suerte armando tu Linux en Windows 11!