Solución al problema de la pantalla con tinte azul en Windows 11
Ese tono azulado en la pantalla de tu Windows 11 puede ser bastante molesto, ¿verdad? Aunque resulta molesto, generalmente se puede arreglar sin tener que lanzar tu laptop por la ventana. La mayoría de las veces, se trata de un problema de software —alguna configuración que se salió de control— en lugar de un fallo hardware fatal. Vamos a revisar unos sencillos pasos que pueden devolver los colores a su sitio.
Revisar la configuración de pantalla
Empieza por acceder a la configuración del sistema. Sí, es algo básico, pero mucha gente se olvida. Ve a Configuración > Sistema > Pantalla. Una vez allí, comprueba que el perfil de color esté configurado correctamente. Puede que se haya cambiado accidentalmente a algo raro, causando ese tinte azulado. Volver al perfil estándar sRGB suele solucionar mucho. A veces se cambia sin querer, ¡no te preocupes!
Un consejo rápido: en lugar de buscar en los menús, haz clic derecho en el escritorio y selecciona Configuración de pantalla. También puedes abrir la calibración de color directamente presionando Windows + R y escribiendo DCCW.exe
. Eso lanzará el asistente de calibración de color de Windows.
Actualizar los controladores de pantalla
Luego, los problemas con los controladores suelen ser los culpables. Tener controladores anticuados es como usar un teléfono flip en 2023: simplemente no funciona bien. Abre el Administrador de dispositivos, busca tu adaptador de pantalla, haz clic derecho y selecciona “Actualizar controlador”. Windows puede gestionarlo automáticamente o te pedirá que descargues la versión más reciente desde la página del fabricante.
Si te atreves a hacerlo tú mismo, descarga los últimos controladores directamente desde NVIDIA, AMD o Intel. Además, un vistazo en Configuración > Windows Update puede ayudarte a conseguir actualizaciones de controladores opcionales, especialmente si tienes la configuración para recibir esas actualizaciones adicionales.
Desactivar la Luz Nocturna
Ahora, la Luz Nocturna —que falla en su misión de ser amiga— a veces termina siendo enemiga. Está diseñada para reducir la luz azul por la noche, pero puede exagerar y causar ese tinte extraño. Ve a Configuración > Sistema > Pantalla > Luz Nocturna. Si está activada, pruébala desactivando y viendo si desaparece ese brillo azulado.
Un consejo adicional: presiona Windows + A para abrir rápidamente el Centro de actividades y pulsa el botón de Luz Nocturna para activarla o desactivarla. A veces, solo con eso los colores vuelven a la normalidad.
Calibrar manualmente los colores de la pantalla
Si los pasos anteriores no funcionaron, la calibración manual puede ser la solución. Windows tiene una herramienta integrada para ello. Ve a Configuración > Sistema > Pantalla > Configuración avanzada de pantalla > Calibración del color o simplemente escribe DCCW.exe
en la ventana Ejecutar (Windows + R) para abrir el asistente de calibración de color.
Sigue las instrucciones para ajustar gamma, brillo, contraste y equilibrio de color. Esto puede corregir desajustes que hayan surgido tras actualizaciones o cambios en el hardware. A menudo, solo hay que mover algunos deslizadores.
Comprobar actualizaciones del sistema
No olvides las actualizaciones de Windows. No son solo para funciones nuevas, sino que también corrigen fallos. Ve a Configuración > Windows Update y comprueba si hay actualizaciones disponibles. Instalar las últimas puede solucionar el problema del color en la pantalla.
Para los usuarios más avanzados, consultar el Catálogo de Actualizaciones de Microsoft puede ser útil para obtener actualizaciones opcionales de controladores o usar herramientas como DDU (Display Driver Uninstaller)
para limpiar restos de controladores antiguos antes de instalar los nuevos.
Consejos adicionales y resolución de problemas
Antes de sumergirte en muchas configuraciones, revisa esas conexiones. Un cable HDMI o DisplayPort flojo puede causar distorsión visual. Cambiar el cable suele solucionar el problema. También, si usas varias pantallas, revisa la configuración de cada una, ya que los ajustes pueden variar y desbalancear los colores. Y si aún así no funciona, considera restablecer las configuraciones a valores de fábrica —esto puede resolver conflictos invisibles—. Ah, y haz una copia de seguridad antes de hacer cambios importantes, mejor prevenir que lamentar.
Por último, prueba la pantalla con otro dispositivo o conecta tu equipo a otro monitor para descartar problemas hardware. Después de todo, ¡nadie quiere lidiar con fallos físicos en pleno momento!