Reparar Windows 11 desde una memoria USB es como darle un nuevo comienzo a tu ordenador. A veces, Windows se vuelve inestable (fallos de arranque, errores o problemas de rendimiento), y ejecutar una reparación desde una unidad USB puede ser la solución. Es muy práctico porque no borra tus archivos personales y te da acceso a herramientas de recuperación que pueden solucionar muchos problemas comunes. Claro que primero tendrás que crear una memoria USB de arranque, lo cual es un poco poco atractivo si nunca lo has hecho, pero vale la pena intentarlo. Una vez configurado, arrancar desde la memoria USB te permite ejecutar Reparación de inicio, Restaurar sistema u otras opciones de solución de problemas. El proceso puede tardar entre 30 minutos y un par de horas, dependiendo del problema y de la velocidad de tu hardware.
Cómo reparar Windows 11 desde una memoria USB
Método 1: Crear una unidad USB de arranque
Puede parecer obvio, pero necesitarás una memoria USB fiable con al menos 8 GB de espacio y un formato limpio. Usa la Herramienta de creación de Windows Media : es la forma oficial y bastante sencilla. Descargará la ISO de Windows 11 y transferirá los archivos a tu USB, convirtiéndolo en un dispositivo de arranque. La herramienta también verifica que tu USB esté listo, así que no te saltes este paso.
En algunas configuraciones, el proceso parece una locura: funciona a la primera, pero a veces da errores sobre los archivos o el formato. Guarda una copia de seguridad de tus archivos importantes por si acaso, porque Windows, por supuesto, tiene que complicarlo más de lo debido.
Método 2: Iniciar en BIOS/UEFI y cambiar el orden de inicio
Conecta el USB y reinicia el equipo. Al encenderlo, pulsa rápidamente la tecla (probablemente F2, F12, Deleteo Esc) para acceder a la BIOS/UEFI. Encontrar el menú o el orden de arranque puede ser la parte más complicada; los menús de la BIOS a veces son un auténtico caos. Navega con las flechas de dirección, busca la configuración del orden de arranque y configura tu unidad USB como el primer dispositivo de arranque. Guarda los cambios y sal. Aquí también podrías tener que desactivar las opciones de Arranque seguro o Arranque rápido; esto, de nuevo, depende de la placa base.
Si no estás familiarizado con la BIOS, recuerda: busca la lista de prioridades de arranque y mueve el USB al principio. Es fácil olvidarlo, pero crucial.
Método 3: Arrancar desde USB y acceder a las opciones de recuperación
Tras reiniciar con el USB conectado, tu PC debería leer primero el USB e iniciar la configuración de Windows. Verás una pantalla con opciones de idioma y teclado; no selecciones nada todavía. Busca “Reparar el equipo” en la parte inferior izquierda y accede al entorno de recuperación. Aquí es donde ocurre la magia.
En las herramientas de recuperación, encontrarás opciones como Reparación de inicio para corregir bucles de arranque o errores, o Restaurar sistema si tienes puntos de restauración anteriores a los problemas. Si te sientes cómodo, también puedes abrir el Símbolo del sistema para soluciones más avanzadas, como ejecutar sfc /scannow
o chkdsk
. Estas pueden ayudarte a reparar archivos del sistema dañados o errores de unidad que podrían estar causando problemas en Windows.
Por lo general, después de ejecutar estas herramientas, el reinicio será sencillo. En algunas máquinas, se requieren varios intentos o reinicios, pero en general, este método suele solucionar problemas persistentes con bastante fiabilidad.
Consejos para reparar Windows 11 desde una memoria USB
- Haga siempre una copia de seguridad de los archivos importantes antes de manipular las herramientas de recuperación, por si acaso algo sale mal.
- Asegúrese de que su USB esté formateado como FAT32 o NTFS; algunas configuraciones de BIOS son exigentes con esto.
- Utilice una unidad USB rápida y confiable; las lentas o inestables pueden causar errores durante el proceso.
- Verifique que la versión de Windows en su USB coincida con su versión instalada, especialmente si ha actualizado desde Windows 10.
- Mantenga la computadora portátil enchufada: quedarse sin energía a mitad de una reparación no es divertido.
Preguntas frecuentes
¿Cuánto tiempo suele tardar el proceso de reparación?
Varía. Suele tardar entre 30 minutos y un par de horas, dependiendo del problema y la velocidad del hardware. A veces es solo una solución rápida, otras veces se necesita más tiempo para ejecutar el diagnóstico.
¿Perderé mis archivos al hacer esto?
Generalmente no. Herramientas de reparación como Reparación de inicio y Restaurar sistema están diseñadas para solucionar problemas del sistema sin eliminar datos personales. Aun así, siempre es recomendable hacer una copia de seguridad; después de todo, Windows no es perfecto.
¿Puedo utilizar cualquier unidad USB?
No exactamente. Al menos 8 GB, correctamente formateada y con capacidad para los archivos de Windows. Las unidades USB 3.0 son más rápidas (y más fiables), pero cualquier USB decente debería servir.
¿Qué pasa si mi PC no arranca desde el USB?
Revisa la configuración del BIOS. Además, si es posible, prueba el USB en otra máquina; quizás el problema esté en la propia memoria USB. A veces, activar el modo de arranque heredado o desactivar el arranque seguro ayuda.
¿Necesito Internet durante esta recuperación?
No siempre. La mayoría de las opciones de reparación funcionan sin conexión, pero si quieres ejecutar Windows Update o descargar controladores durante la reparación, sí, una conexión a internet ayuda.
Resumen
- Cree un USB de arranque con Windows 11 usando la herramienta de creación de medios
- Conecte el USB, reinicie e ingrese al BIOS para configurar el USB como dispositivo de arranque principal
- Arranque desde USB, seleccione “Reparar su computadora” para acceder a las herramientas de recuperación
- Ejecute Reparación de inicio, Restaurar sistema o utilice el Símbolo del sistema para soluciones avanzadas
- Reinicie y verifique si Windows arranca normalmente nuevamente
Resumen
Sinceramente, probar el arranque desde USB puede resultar un poco intimidante al principio, pero una vez que le coges el truco, es una forma eficaz de solucionar problemas persistentes de Windows. Considéralo una solución casera que realmente funciona: no necesitas llamar al soporte técnico cada vez que algo sale mal. Simplemente asegúrate de mantener tus copias de seguridad actualizadas y todo el proceso será mucho menos estresante. Cruzo los dedos para que esto te ayude a recuperar la normalidad sin demasiados problemas.¡Mucha suerte!