Reinstalación limpia de Windows 11: Consejos y trucos rápidos
¿Quieres empezar de cero e instalar Windows 11? Es como hacer un reinicio en un videojuego, dándote la oportunidad de comenzar fresco y, con suerte, solucionar esos pequeños problemas que te fastidian. Recuerda, una instalación limpia puede mejorar mucho el rendimiento, pero también significa decir adiós a todo lo que tienes en tu disco. Backup de tus archivos importantes ¡sí o sí! Piensa en ello como guardar tus juguetes favoritos en una caja fuerte antes de que ocurra el caos.
Qué esperar al volver a instalar
La verdad, no es nada del otro mundo, pero puede ser un poco laborioso si las cosas no salen como planeas. Prepararás tus datos, crearás un pendrive de instalación, ajustarás algunas configuraciones en el BIOS y seguirás algunas instrucciones en pantalla. El objetivo final: tener un nuevo Windows 11 listo para usar, que seguramente funcionará mejor y con menos fallos que antes.
Primero lo primero: haz una copia de seguridad de tus datos
Para evitar esa sensación horrible de perder todo de golpe, respáldalos. Usa un disco duro externo o la nube. De verdad, no te saltes este paso, porque una vez que aprietes el botón de instalar, todo lo que esté en tu disco será eliminado, casi como si fuera carne picada.
Creando tu USB de instalación de Windows 11
Ahora, toca hacer el USB para instalar Windows. Es más sencillo de lo que parece:
– Descarga la Herramienta de creación de medios desde la página oficial de Microsoft: [https://www.microsoft.com/software-download/windows11](https://www.microsoft.com/software-download/windows11).
– Ábrela y selecciona Crear medios de instalación (unidad USB, DVD o archivo ISO).
– Escoge el idioma y edición adecuados, y selecciona tu pendrive. Este debe tener al menos 8 GB, así que olvídate de usar ese USB viejo de 2 GB que tienes por aquí desde hace años.
También puedes usar herramientas como Rufus si prefieres un método diferente o si tienes conocimientos avanzados.
Accediendo al BIOS para arrancar desde USB
Con tu USB preparado, necesitas que tu PC arranque desde él. Esto puede parecer un rompecabezas, porque en diferentes equipos se usan distintas teclas para entrar en el BIOS o en el menú de inicio.
– Reinicia tu PC y busca en pantalla qué tecla debes pulsar (normalmente es F2, Suprimir o similar).
– Cuando estés en el BIOS, busca el apartado Arranque y pon tu USB como primera opción. Suele llamarse Dispositivos extraíbles o algo así.
– No olvides desactivar la opción de Arranque seguro si tu sistema lo requiere. A veces, Windows complica un poco las cosas al respecto.
Iniciando el asistente de instalación
Con todo listo, reinicia. Si todo salió bien, aparecerá el asistente de instalación desde tu USB.
– Cuando te pida, pulsa cualquier tecla para arrancar desde el USB.
– Escoge tus preferencias y selecciona Instalar ahora.
– Cuando te pregunte por el tipo de instalación, selecciona Personalizada: solo instalar Windows (avanzado).
Aquí tendrás que borrar las particiones existentes, lo cual puede dar un poco de miedo si no sabes bien lo que haces. Ten mucho cuidado, porque si eliges mal, ¡lo borrarás todo! Asegúrate de tener copia de seguridad antes de tocar el botón de eliminar.
Terminando y personalizando tu Windows 11
Tras la instalación, avanzarás por las pantallas de configuración: ingresarás tu cuenta de Microsoft o crearás una cuenta local. Para conectar a Wi-Fi, simplemente presiona Windows + I para abrir Configuración y conectarte sin problemas.
La activación la puedes hacer después si quieres, pero si tu Windows ya estaba activado antes, seguramente se activará automáticamente, a menos que cambies mucho el hardware.
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Consejos útiles para tu instalación limpia
Antes de empezar, revisa que tu hardware sea compatible con Windows 11:
– Procesador: 1 GHz o más rápido, 2 núcleos (64-bit)
– Memoria RAM: mínimo 4 GB
– Almacenamiento: al menos 64 GB
– TPM: versión 2.0 activado
– Arranque seguro: puede que necesites habilitarlo o deshabilitarlo, según tu equipo
Para comprobar el TPM, pulsa Ejecutar (Win + R), escribe tpm.msc
y verifica si está listo para usarse.
Y no olvides guardar tu clave de producto con un comando como slmgr /dli
. Eso puede ahorrarte muchos dolores de cabeza si quieres volver a activarlo más adelante.
Por último, mantén atento tu USB, porque a veces ocurren fallos extraños, como que no arranque por configuraciones del BIOS o pequeñas tonterías que hacen que sea un poco difícil.
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Dudas comunes
¿Se borrará todo? Sí, por eso es fundamental hacer una copia de seguridad. La buena noticia es que muchos usuarios notan que su sistema va mucho más ágil tras una limpieza completa.
Si el USB no arranca, revisa en el BIOS que esté bien priorizado el arranque desde él.
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Notas finales
Hacer una reinstalación limpia de Windows se siente como una limpieza de primavera para tu PC: elimina toda esa acumulación que se forma con el tiempo. Solo recuerda estos puntos:
– ¡Haz copias de seguridad como si tu vida dependiera de ello!
– Verifica que tu hardware sea compatible con Windows 11.
– Prepara bien tu medio de arranque, usando Rufus si es necesario.
– Ajusta el BIOS para que arranque sin problemas.
Esperamos que estos consejos ahorren tiempo y dolores de cabeza en tu proceso.