Quitar Windows 11 y ponerle Windows 10 no es exactamente algo que puedas hacer en cinco minutos sin pensar, pero si te tomas tu tiempo y sigues unos pasos, sale sin mucho problema. La clave aquí es que vas a hacer una instalación limpia, así que preparar tus datos antes es fundamental. De verdad, no te olvides de hacer una copia de seguridad de tus archivos importantes, no hay nada peor que perder esas fotos que tanto te gustan o documentos de trabajo por no haber guardado nada. Ah, y si todavía tienes la opción de volver a Windows 10 desde la configuración—que por cierto, Microsoft a veces se ensaña para que no aparezca—es la forma más sencilla de revertir. Solo vas a Configuración > Sistema > Recuperación y buscas la opción ‘Regresar a Windows 10’. Si pasaron más de 10 días desde la actualización, esa opción usualmente desaparece, y ahí sí tienes que armarte de otra estrategia.
Opción 1: Usa la opción ‘Regresar’ (si todavía funciona)
Este método es para los que todavía no pasaron mucho tiempo desde que actualizaron. Windows guarda una copia de tus archivos anteriores en C:\Recovery
. Puedes ir directo a Configuración > Sistema > Recuperación y si ves el botón ‘Regresar a Windows 10’, dale clic y sigue los pasos. Normalmente, en unos minutos, te vuelve a Windows 10 sin tanto drama. Eso sí, ojo—si has limpiado archivos del sistema o si pasó mucho tiempo, puede que esta opción ya no esté disponible. Cuando funciona, es cómodo y evitas crear un USB booteable. Pero no todos los sistemas la soportan y a veces simplemente falla. Ah, y muy importante: conecta tu compu a la corriente. Que se quede sin batería justo en medio puede ser un lío enorme.
Opción 2: Crea un USB de arranque con Windows 10
Esto es para cuando ya no aparece el botón de ‘Regresar’ o el tiempo se te pasó. Primero necesitas una memoria USB vacía con al menos 8 GB—sí o sí. Luego, ve a la página oficial de Microsoft y descarga la ISO de Windows 10 desde su sitio oficial. Después, usa Rufus (o alguna otra herramienta similar) para convertir esa USB en un medio booteable. Es solo conectar la USB, elegir la ISO, y hacer clic en ‘Start’. Nada complicado, pero hay que ponerle atención. Asegúrate de que en las configuraciones el particionado sea con GPT si tu sistema usa UEFI, que ahora es lo más normal. Cuando esté listo, reinicia tu PC y entra en la BIOS/UEFI (normalmente pulsando Del, F2 o alguna tecla similar justo al iniciar). Cambia el orden de arranque para que la USB esté primero, guarda y sal. Eso es lo que en términos técnicos llaman ‘arrancar desde USB’.
Opción 3: Instala Windows 10 desde la USB
Con la USB conectada, reinicia el equipo y debería arrancar desde ahí. Sigue las instrucciones en pantalla: selecciona idioma, zona horaria, distribución del teclado, etc. Cuando llegues a la parte de la partición, verás tu disco actual. Esto es importante: elimina esa partición o formatea la unidad (estás seguro, ¿verdad? porque se borran todos los datos). Luego, selecciona el espacio sin asignar o la partición donde quieres poner Windows 10 y dale a ‘Siguiente’. La instalación empieza y, normalmente, es bastante simple. Pero ojo: si tienes hardware con controladores raros o antiguos, a veces puede complicarse. La buena noticia es que tú tienes el control y puedes hacer una instalación limpia, sin bloatware ni cosas preinstaladas. Después, quizás necesites instalar controladores para tu tarjeta gráfica, sonido o red. Los puedes buscar en la web del fabricante si Windows no los pone automáticamente.
Consejo extra: Cambia el orden de arranque en BIOS/UEFI
Muchos PCs usan UEFI en lugar del típico BIOS, pero el proceso es parecido: reinicias, prestas atención y presionas F12, Esc, F10 o alguna tecla equivalente al arranque. Ahí seleccionas ‘Boot Menu’ y mueves la USB al top de la lista. Microsoft hace que esto sea un poco más complicado de lo necesario, pero con paciencia lo logras. Guardas los cambios y la próxima vez que enciendas, tu PC arrancará directamente desde la USB para empezar la instalación.
Después de tener Windows 10 instalado
Cuando termine, te pedirá la clave de producto. Si tu licencia digital todavía funciona y está vinculada, probablemente se active automáticamente. Si no, escribe tu clave o déjala para activar después. Después, solo tienes que reinstalar tus programas y restaurar los archivos que guardaste. Algunos controladores de hardware pueden necesitar una actualización manual, así que visita la web del fabricante y descarga los controladores más nuevos si Windows no los detecta. Tómatelo con calma y, si algo no funciona, busca en foros o Reddit. A veces, un pequeño ajuste puede solucionar los problemas.
Consejos para no complicarte
- Asegúrate de que tus controladores sean compatibles con Windows 10, o podrías quedarte con hardware que no funciona bien (o nada).
- Ten a mano tu clave de producto, por si necesitas ingresarla durante la instalación o activación.
- Trabaja con tu PC enchufado a la corriente, sobre todo si es portátil. La batería a punto de acabarse puede arruinar el proceso.
- Consulta los foros de tu fabricante o Reddit si te encuentras con problemas raros—a veces necesitas hacer tweaks específicos.
- Organiza bien tus copias de seguridad, así no pierdes nada importante y te ahorras dolores de cabeza al restaurar.
Preguntas frecuentes
¿Qué pasa con mis archivos si hago una instalación limpia?
Se borran todos los archivos en la partición donde instales Windows 10, así que ¡backup a la orden!
¿Puedo volver a Windows 11 después de instalar Windows 10?
Solo si actualizaste desde Windows 10, pero si borras todo y pones Windows 10, no hay forma automática de volver a Windows 11 sin volver a instalarlo o recuperar la copia de seguridad.
¿Cuánto tarda todo el proceso?
Depende de tu hardware, pero calcula entre 30 minutos y una hora. SSDs ayudan mucho a que vaya más rápido.
¿Mis programas van a seguir funcionando igual?
La mayoría sí, pero algunos programas específicos o controladores pueden requerir actualización. Es bueno verificar antes de empezar el downgrade.
¿Necesito una nueva licencia para Windows 10?
Si tu Windows 10 estuvo activado antes en ese equipo, probablemente no. Pero si no, puede que necesites comprar una licencia nueva o usar la que ya tenías, siempre y cuando esté vinculada a ese equipo.
Resumen rápido
- Haz backup de tus archivos con un disco externo o en la nube.
- Si aún puedes, usa la opción ‘Regresar’ en Configuración.
- Crea un USB booteable con Rufus y la ISO de Windows 10.
- Modifica el orden de arranque en BIOS para que arranque desde USB primero.
- Sigue los pasos en la instalación, borra la partición vieja y listo: a empezar de cero.
¡Eso puede ahorrarte horas y dolores de cabeza! Solo recuerda hacer bien los backups y tomarte tu tiempo con las configuraciones de BIOS. ¡Suerte con la instalación!