Cómo poner prioridad a los procesos en el Administrador de Tareas en Windows 11: Guía paso a paso

Modificar la prioridad de los procesos en el Administrador de Tareas de Windows 11 puede ser una buena forma de darle un poco más de empuje a esas apps que van lentas o que estás usando intensamente en ese momento. La idea es que, al subir la prioridad, el sistema les da más recursos, como más tiempo de CPU, para que funcionen más fluido. Pero ojo, esto no es magia negra: no esperes que arregle todo, es más como ajustar el motor para que tu juego favorito o ese programa de edición de video funcionen mejor, sin hacer milagros.

Tutorial paso a paso para poner prioridad en el Administrador de Tareas en Windows 11

Cambiar la prioridad de un proceso puede ayudarte si algo se queda colgado o consume demasiados recursos. Aquí te explico cómo hacerlo:

1. Abre el Administrador de Tareas

Fácil: pulsa Ctrl + Shift + Esc. Solo esa combinación y se abre rapidísimo, sin tener que andar navegando por menús largos. Verás una ventana con todas tus apps y procesos corriendo.

En algunas configuraciones, puede que abierto en modo simple; si pasa eso, busca abajo el botón que dice Más detalles y haz clic ahí. Así aparezcan todas las pestañas, incluyendo la de “Detalles” que necesitamos.

2. Busca el proceso que quieres modificar

Pasa a la pestaña Detalles. Aquí es donde se meten los datos más técnicos, con lista de todos los procesos, sus IDs y estado.

Ten en cuenta que algunos procesos aparecen diferente según tu sistema. Si quieres cambiar algo en una app, intenta identificarla por su nombre o PID—por ejemplo, si estás con un juego que se traba, busca ese proceso, como “game.exe”.

3. Selecciona el proceso

Busca en la lista o usa el buscador para dar con el proceso en cuestión. Es más fácil si sabes el nombre exacto, como “firefox.exe” o “vlc.exe”.

Consejo: algunos procesos no gustan mucho que les toques la prioridad, así que con moderación, no te pongas a cambar todo en masa.

4. Dale clic derecho y ajusta la prioridad

Haz clic derecho en el proceso, pasa el ratón sobre Establecer prioridad y escoge un nivel—como Alta, Real Time, o Baja. Ojo, no te pases con “Real Time”: puede causar problemas de estabilidad en Windows, especialmente si no estás familiarizado. Normalmente, con ponerle “Alta” ya notas el cambio, pero sin arriesgar demasiado.

Es un poco raro, pero en algunos equipos, cambiar la prioridad en ese menú no se aplica de inmediato y tienes que reiniciar el proceso o incluso la compu para que funcione. Así que no te sorprendas si no pasa nada en el instante.

5. Confirma el cambio

Te saldrá una advertencia diciendo si estás seguro. Pulsa Cambiar prioridad y listo. El proceso correrá con la prioridad que elegiste.

En mi experiencia, a veces se aplica automáticamente, y otras veces necesitas reiniciar el proceso o hasta la máquina para que la cosa tome efecto completo.

Recuerda que esto no es permanente; Windows vuelve a resetear los niveles después de reiniciar. Si quieres que quede fijo, tendrías que hacer algún script o usar herramientas externas, y eso puede complicar las cosas.

Consejos para poner prioridad en Windows 11 en el Administrador de Tareas

  • Saber qué hace cada nivel: “Real Time” le da CPU en exclusiva, pero puede poner todo en riesgo si lo usas a lo loco. Lo recomendable: “Alta” o “Por encima de lo normal” para dar un empujón sin volar el sistema.
  • Mirar cómo responde tu sistema: Después de cambiar, echa un ojo al uso de CPU y RAM en la pestaña Desempeño. A veces, subir la prioridad puede hacer que otros programas se atasquen si el sistema se sobrecarga.
  • No te emociones: Poner muchas apps en prioridad alta o en realtime puede hacer que la cosa se vuelva inestable. Marca las que realmente necesitas y vuelve a la normal si ves que se complica.
  • Vuelve a los valores predeterminados si haces falta: Si notas que el equipo se vuelve lento o se congela, clic derecho y pon la prioridad en Normal o Inactivo.
  • Usa con cabeza: Es una herramienta útil en emergencias, no una costumbre diaria. Si abusas, Windows puede enredarse.

Preguntas frecuentes

¿Poner prioridad a los procesos puede dañar la compu?

De forma general, no, pero si pones muchos en “RealtTime” o en prioridad alta, tu sistema puede ponerse lento o colgarse, porque esos procesos toman todo el CPU. Mejor, solo ajusta uno o dos cuando realmente lo necesites.

¿Cada cuánto hay que tocar esas prioridades?

Solo cuando notes que algo va peor de lo normal o cuando quieras exprimir al máximo una tarea específica. Para uso diario, mejor no tocar nada.

¿Qué tiene de malo “RealtTime”?

Es el nivel más alto y le da a un proceso casi todo el CPU, pero puede hacer que el sistema se quede congelado o que otros programas se vuelvan inútiles si no tienes cuidado. Úsalo con cabeza.

¿Se puede ajustar la prioridad en procesos del sistema?

Se puede, pero es arriesgado. Tocar los procesos del sistema puede causar problemas imprevistos y dejarte sin soporte, así que mejor no te pongas a experimentar si no estás 100% segur@.

¿Las prioridades se mantienen después de reiniciar?

No, Windows vuelve a ajustar todo cuando reinicias. Si quieres que queden así para siempre, tendrías que crear un script o usar algún programa externo, pero eso ya es más avanzado.

Resumen

  • Abre el Administrador de Tareas con Ctrl + Shift + Esc.
  • Pasa a la pestaña “Detalles”.
  • Busca el proceso, clic derecho y selecciona una nueva prioridad.
  • Haz clic en “Cambiar prioridad”, y listo.
  • Recuerda: esto no es fijo, un reinicio lo devuelve a la normalidad.

Conclusión

Aprender a ajustar la prioridad de procesos en Windows 11 puede ser una buena ayuda si tu PC se ahoga con varias tareas. No es solución definitiva, pero, en ciertos casos, dar un empujón a una app concreta puede marcar la diferencia, ya sea para jugar o para editar videos. Solo no te pases: poner muchas cosas en prioridad alta puede convertir tu máquina en una sartén.

También, no olvides estar atento a las actualizaciones de Windows, porque a veces vuelven a resetear estos ajustes con alguna actualización. Pero en general, es un truco útil para esas emergencias rápidas.

Espero que te sirva y te ahorre unos dolores de cabeza. ¡Suerte con el tuneo!