Limitar el uso de CPU en Windows 11 no es la solución mágica, pero puede ser un buen truco para que tu PC no se ahogue cuando tienes muchas apps abiertas o empieza a ponerse medio lento. La verdad, es curioso cómo basta con cambiar la prioridad de un proceso para notar cierta mejoría, pero bueno, funciona más de lo que esperarías. Solo hay que hacer unos ajustes sencillos para que ciertos programas no acaparen todos los recursos del procesador. Eso sí, no esperes que sea la solución definitiva: si tu PC siempre está al cien, quizás haya algo más que revisar.
Cómo limitar el uso de CPU en Windows 11
Vamos al grano: si tu máquina está más lenta que la seda o los ventiladores parecen una turbina, una opción es bajarles un poco la prioridad a los procesos que consumen mucho CPU. Eso a veces da un respiro y ayuda a que el resto de tus apps funcionen mejor. La verdad, los pasos no son complicados, pero ojo, los resultados pueden variar dependiendo del hardware y qué está girando en segundo plano.
Paso 1: Abre el Administrador de tareas
Presiona Ctrl + Shift + Esc y listo, te aparece el Administrador de tareas. Esa combinación es como tu atajo rápido para entrar sin perder tiempo. Sí, Windows pone un par de trabas para acceder directamente a estas funciones, pero con este método lo saltas fácil.
Paso 2: Ve a la pestaña ‘Procesos’
Haz clic en ‘Procesos’ y verás toda la lista de apps y tareas que están corriendo en segundo plano. Es como tener un modo espía, puedes ver quién está chupando toda la CPU en ese momento. Muchas veces encuentras cosas que ni sabías que estaban abiertas, lo cual puede ser una sorpresa.
Paso 3: Detecta los que más usan la CPU
Revisa la columna de CPU. Si ves algo que lleva un buen rato en más del 50%, quizás sea momento de hacer algo. No todos los procesos necesitan bajarse a tope, pero si un programa está siempre en rojo, ese es el que debes ajustarlo.
Paso 4: Dale clic derecho y selecciona ‘Establecer prioridad’
Haz clic derecho en ese proceso que come mucha CPU y pasa el cursor a ‘Establecer prioridad’. Aquí la cosa se pone interesante. Puedes ponerle en ‘Por debajo de lo normal’ o ‘Bajo’. Eso le indica a Windows: “Oye, este no es tan importante, dale chance a los demás”. Es como decirle a tu PC: “Relájate un poquito y no todos a la vez”.
Paso 5: Elige ‘Por debajo de lo normal’ o ‘Bajo’
Simple, selecciona cualquiera de esas opciones. Pero ojo, no te pases poniéndole en lo más bajo a procesos que son vitales para que tu sistema funcione bien, porque puede causar fallos. En alguna configuraciones, bajar demasiado un proceso puede hacer que todo vaya mal, así que con calma. Además, estos cambios son temporales; si quieres algo más estable, tendrás que meter mano con programas específicos o modificar tareas en el programador de tareas.
Luego de hacer esto, fíjate cómo reacciona tu PC. A veces, notas el cambio enseguida, y otras veces ni tanto. Ten en cuenta que puede que al reiniciar, Windows vuelva a poner las prioridades como estaban, así que no es algo que dure para siempre. Es más, esto no reemplaza tener una máquina con mejor hardware o hacer una limpieza más profunda, pero en un apuro puede arreglarlo un poco.
Tips útiles para controlar el uso de CPU en Windows 11
- Revisa el Administrador de tareas de vez en cuando, que las cosas no se acumulen sin que te des cuenta.
- Desactiva apps innecesarias que se inician con Windows en Configuración > Aplicaciones > Inicio. Menos programas al arrancar, menos carga en la CPU.
- Mantén tus drivers y sistema actualizados — a veces, los bugs hacen que la CPU se dispare.
- Corrobora que no tengas basura en el disco o usa herramientas como
Liberador de espacio en disco
o apps de limpieza, pero con cuidado. - Si esto pasa mucho, quizás sea momento de pensar en un upgrade o limpiar un poco el hardware, como quitar polvo del CPU.
Preguntas frecuentes
¿Puedo limitar para siempre la CPU de un programa?
No, la opción de prioridad solo es temporal. Si cierras el programa o reinicias la PC, todo vuelve a la normalidad. Para algo más permanente, tendrías que usar programas de terceros o configurar el afinamiento del CPU en el sistema, pero eso puede ser un poco más complicado.
¿Por qué mi CPU se mantiene alta aunque hago estos cambios?
Puede ser alguna tarea en segundo plano como Windows Update, antivirus, o incluso malware. A veces, un proceso pirata no se quiere quitar y sigue chupando CPU, así que vale la pena hacer una comprobación completa de virus.
¿Es peligro ponerle baja prioridad a los procesos?
Generalmente, no pasa nada, pero si le bajas mucho a un proceso importante, puede causar que las apps se crasheen o se cuelguen. Mejor, no toques los que son críticos para Windows o para que funcione bien.
¿Debería hacerlo si todo funciona bien?
Si todo va suave, quizá no vale la pena. Es más bien para cuando el equipo empieza a fallar o el ventilador hace demasiado ruido.
¿Existen programas externos que puedan ayudar?
Sí, hay herramientas como Process Lasso, pero cuidado, solo descarga de fuentes confiables. Algunas apps pueden hacer más daño que bien si no tienes cuidado.
Resumen rápido
- Abre el Administrador de tareas con Ctrl + Shift + Esc
- Ve a ‘Procesos’
- Busca los programas que consumen más CPU
- Haz clic derecho y selecciona ‘Establecer prioridad’
- Pónseles en ‘Por debajo de lo normal’ o ‘Bajo’
Con suerte, esto ayuda un poquito — no es la solución definitiva, pero a veces simplemente bajarle un poco la prioridad a las apps hace que todo funcione más tranquilo. Es medio loco cómo funciona, pero vale la pena probarlo si sientes que tu máquina se está quedando corta. Al menos, en varias PCs ha dado resultado.