Instalar Windows 11 a veces puede parecer complicado, sobre todo si tu hardware está en el límite o te encuentras con problemas extraños. Podrías quedarte atascado en comprobaciones de compatibilidad, pantallas de error o que el instalador simplemente se niegue a iniciarse. Esta guía aborda algunos de esos problemas comunes y ofrece consejos prácticos que realmente ayudan. Porque, seamos sinceros, Windows puede ser un poco desesperante cuando las cosas no salen según lo planeado. Sigue leyendo y, con suerte, conseguirás instalar Windows 11 sin demasiados problemas, o al menos descubrirás la causa del retraso.
Cómo solucionar problemas comunes de instalación de Windows 11
Las comprobaciones de compatibilidad no pasan: ¿qué sucede?
Si la herramienta de comprobación del estado del PC de Windows 11 falla o muestra errores imprecisos, primero revise su hardware en Configuración > Actualización y seguridad > Seguridad de Windows > Seguridad del dispositivo > Módulo de plataforma segura (TPM). Asegúrese de que TPM 2.0 esté habilitado en la BIOS. A veces, simplemente está deshabilitado por defecto.
- Reinicie su PC e ingrese al BIOS (generalmente presionando Deleteo F2durante el inicio).
- Busque una configuración llamada TPM o Chip de seguridad.
- Habilítelo si está deshabilitado, luego guarde y salga.
Después, vuelve a ejecutar la comprobación de compatibilidad. Si la BIOS antigua de tu PC no es compatible con TPM 2.0 o Arranque seguro, te toparás con un obstáculo: se trata de una limitación de hardware. Como alternativa, ejecuta la aplicación PC Health Check de Microsoft para verificar. Sin embargo, en algunos equipos, simplemente no funcionará a menos que actualices la BIOS o el hardware.
La instalación se bloquea o produce errores en ciertos hardware
Esto puede ocurrir, especialmente si la unidad USB no está formateada correctamente o si la ISO no se creó correctamente. Use herramientas confiables como Rufus para crear su USB de arranque. Configure el esquema de partición en GPT si su sistema usa UEFI.
- Descargue la ISO oficial del sitio de Microsoft.
- Utilice Rufus con la ISO y configure el esquema de partición en GPT para sistemas UEFI.
- Asegúrese de que su memoria USB tenga al menos 8 GB y formatéela como NTFS o FAT32 según sea necesario.
Al instalar, arranque desde el USB (normalmente seleccionando el dispositivo de arranque mediante el menú de arranque o la configuración del firmware durante el inicio).Tenga cuidado con errores extraños: en ocasiones, en algunas máquinas, el instalador se bloquea en ciertos puntos. Si esto ocurre, desconecte los periféricos innecesarios o pruebe con otro puerto USB. Podrían ser fallos de hardware y Windows no siempre explica por qué.
Problemas posteriores a la instalación: falta de compatibilidad con controladores o pantallas negras
Si Windows parece instalarse correctamente, pero luego aparece una pantalla negra o el Wi-Fi no funciona, intenta iniciar en modo seguro. Para ello, ve a Shift + RestartSolucionar problemas > Opciones avanzadas > Configuración de inicio para acceder al modo seguro. Desde ahí, puedes actualizar los controladores, especialmente los de la tarjeta gráfica y el chipset.
- Dirígete al sitio web de tu fabricante (Dell, HP, ASUS, etc.) y descarga los controladores más recientes para tu hardware.
- Utilice el Centro de descarga de controladores de Windows si está disponible.
A veces, una instalación limpia en una unidad nueva puede solucionar problemas persistentes con los controladores. Y si todo lo demás falla, volver a Windows 10 sigue siendo una opción durante los primeros diez días después de la actualización, por si el hardware aún no está al día.
Por qué son importantes estas correcciones
Es bastante común quedarse atascado en ciertos puntos, sobre todo si tu hardware tiene un par de años o no es compatible. Es curioso cómo las configuraciones de la BIOS, como TPM o Secure Boot, pueden causar problemas, pero solucionarlos suele solucionar el problema. Además, es fundamental asegurarse de que el medio de instalación sea sólido; nadie quiere perder horas con una ISO corrupta. Y para problemas posteriores a la instalación, mantener los controladores actualizados con fuentes oficiales marca una gran diferencia.
En algunas configuraciones es un poco raro, pero realizar estas comprobaciones y ajustes suele solucionar el problema. A veces, el sistema solo necesita un pequeño empujón.
Resumen
- Verifique TPM y Secure Boot en BIOS si falla la compatibilidad.
- Cree un USB de arranque con cuidado con Rufus o una herramienta similar.
- Utilice la herramienta de creación de medios o ISO oficial de Microsoft.
- Arranque correctamente desde el USB; es posible que sea necesario cambiar el orden de arranque o utilizar el menú de arranque.
- Actualice los controladores después de la instalación si las cosas no se ven bien.
Resumen
Instalar Windows 11 no siempre es pan comido, pero la mayoría de los problemas comunes se deben a fallos de hardware o problemas con los medios. Tras modificar la configuración de la BIOS, crear una unidad de arranque nueva y actualizar los controladores, la mayoría de los usuarios consiguen instalarlo. No sé por qué funciona, pero en algunos equipos, simplemente deshabilitar el Arranque Seguro o habilitar el TPM funciona de maravilla.
Con suerte, esto le ahorrará algunas horas a alguien que intente actualizar. Si una solución te ayuda, es suficiente. El nuevo sistema operativo es bastante eficiente una vez que lo pruebas, y vale la pena intentarlo.