Cómo instalar Windows 11 en Parallels: una guía paso a paso

Instalar Windows 11 en Parallels: No es tan complicado como parece

Vamos, esto de poner Windows 11 en tu Mac con Parallels no es para volverse loco. La verdad, si tienes un Mac medianamente decente, no debería ser un drama. Parallels tiene sus requisitos mínimos, pero si tu máquina no es del siglo pasado, estás en buen camino. Te hago un resumen de cómo enfrentarlo sin dramas.

Consigue Parallels para tu Mac

Primero, baja Parallels desde su sitio oficial. Olvídate de hacer piruetas en sitios raros, mejor así te evitas sustos. Instálalo como cualquier otra app: dale a ‘Descargar’, abre ese archivo .dmg y arrastra Parallels Desktop.app a tu carpeta de Aplicaciones. Cuando esté listo, ábrelo y actívalo. Revisa que tu Mac tenga el hardware necesario (sobre todo la virtualización). Si algo no funciona bien, puede que tengas que activar esa opción en Preferencias del sistema > Seguridad y privacidad > General. A veces pide permisos, así que atento a los avisos.

Descarga la ISO de Windows 11

Necesitas el archivo de instalación de Windows 11. Entra en la página oficial de Microsoft y descarga la ISO. Lo más probable es que quede en tu carpeta de descargas, por ejemplo C:\Usuarios\\Descargas\windows11.iso. Si quieres hacer un USB booteable —que no es imprescindible para Parallels—, tendrías que meterte en Terminal y usar comandos como diskutil list para ver tus discos. Pero, siendo honestos, con la ISO directamente en Parallels basta y sobra.

Preparando la máquina virtual

Ahora, abre Parallels y crea un nueva máquina virtual. El asistente suele ser bastante amigable. Solo sigue los pasos. Cuando te pida, indica que quieres instalar desde un archivo de imagen o DVD y selecciona la ISO que bajaste. Ojo, escoge el archivo correcto, que no quieres perderte en la confusión. A veces, Parallels intenta adivinar el sistema operativo, y en la mayoría de los casos, acierta.

Configura la máquina a tu gusto

Este paso puede ser un poco más técnico, pero no te preocupes. Antes de lanzar la VM, ve a Configurar > Ajustes. Ahí, dale a Personalizar configuración. Es recomendable asignarle al menos 4 GB de RAM (--memory 4096) y 64 GB de disco duro. También activa la Virtualización (Intel VT-x o AMD-V), que puede estar escondida en tu firmware. En CPU > Núcleos, dale 2 o más para que Windows 11 vaya cómodo. No olvides activar Aceleración 3D para tener mejor gráfica. En modo de red, deja NAT si no necesitas algo más avanzado.

Arranca la instalación de Windows 11

Todo listo. Enciende tu VM y la instalación de Windows debería comenzar automáticamente. Es como cuando montas un PC nuevo: te pedirá idioma, clave y cosas así. La parte de activar Windows se puede saltar para después. Es normal que se piele un poco con la configuración, pero paciencia. Si algo falla, revisa que la ISO esté bien y que asignaste recursos adecuados.

Cuando termines, no olvides instalar Parallels Tools (en Acciones > Instalar Parallels Tools). Esto te dará muchas ventajas: compartes el portapapeles, carpetas, mejor rendimiento gráfico y más. Para abrir el menú rápido de la VM, pulsa Ctrl + Command + C. ¿Quieres que inicie al arrancar tu Mac? Ve a Preferencias > Notificaciones > Inicio y apagado y ajusta lo que necesites.

Al final, tendrás Windows 11 corriendo a la par de macOS sin andar rebootando todo el tiempo. Puedes crear carpetas compartidas en Preferencias > Compartir para mover archivos sin complicaciones, como arrastrar y soltar entre sistemas.


¿Montar Windows 11 en Parallels? Sí, al principio puede parecer una odisea, pero una vez que le pillas el truco, es una pasada. Jugar con la configuración de CPU, RAM y disco te lleva su tiempo, pero luego solo jugarás a disfrutarlo. Eso sí, siempre respalda tu VM antes de hacer cambios drásticos o actualizar Windows. Para hacer backups, ve a Acciones > Copiar. Mejor prevenir que lamentar. Y cuando esté en marcha, te vas a preguntar por qué no lo hiciste antes; en serio, vale mucho la pena.