Que Windows 11 vaya más rápido que una tortuga puede ser un reto, sobre todo si tu compu viene de fábrica y ya se siente lenta. A veces, el problema son muchas apps peleando por recursos, controladores viejos o un disco duro lleno de cosas que no necesitas. Pero buena noticia: con unos cuantos ajustes —sí, unos pocos— puedes sacarle más velocidad a Windows 11 y que sea más llevadero usarlo día a día. Esto puede reducir esos momentos de lag, hacer que responda mejor y que tu hardware dure más. Verás que tu sistema se siente más ágil y suave, especialmente si últimamente lo has notado medio lento. Solo una advertencia: algunas cosas requieren que entres a configuraciones o que corras algunos comandos, así que ten paciencia. Vale la pena, porque así tu PC finalmente hace lo que tiene que hacer, ¡pero más rápido!
Tutorial paso a paso para poner Windows 11 a toda marcha
¿Necesitas un empujón rápido? Aquí te paso unos pasos fáciles y prácticos para activar tu Windows 11 y que vaya más turbo. No todos los trucos sirven igual en todos los equipos—a veces, una tweak no marca mucha diferencia—por eso, prueba en orden y ve qué funciona. La mayoría de esas cosas ayudan a que arranque más rápido y que responda mejor en general.
Gestiona los programas que se lanzan al arrancar
Este es quizá el tip más simple y efectivo. Windows carga muchas apps en el inicio, incluso algunas que ni usas. Desactivar esas que no necesitas puede quitar mucho del retraso al prender la compu. Para ello:
- Haz clic derecho en Barra de tareas y selecciona Administrador de tareas.
- Pasa a la pestaña Inicio (si no la ves, primero haz clic en Más detalles).
- Busca programas que tengan una gran influencia —o impacto alto— y desactívalos haciendo clic derecho y seleccionando Deshabilitar.
Desactivar apps en segundo plano como mensajeros o programas para actualizar ayuda a que Windows se concentre en lo importante. A veces funciona increíblemente — en un equipo, parece que da un salto, en otro quizá no tanto—, pero vale la pena probar, especialmente si tu PC arranca lento o tarda en abrir apps.
Actualiza tus controladores
Sí, los controladores viejos pueden ser el peor enemigo de la velocidad. Sobre todo los de gráficos, red o chipset. Muchas veces, las actualizaciones traen mejoras de rendimiento. En algunos casos, no tenerlos al día puede dar problemas de lag o congelamientos. Para actualizarlos:
- Presiona Windows + X y selecciona Administrador de dispositivos.
- Amplía categorías como Adaptadores de pantalla o Adaptadores de red.
- Haz clic derecho en tu dispositivo, y elige Actualizar controlador.
- Selecciona Buscar automáticamente software de controlador actualizado. Windows hará el resto.
Si no encuentran nada o quieres lo último de los fabricantes, ve directo a sus webs y descarga la versión más reciente. A veces, ahí tienen versiones beta que dan mejoras extras.
Haz limpieza de disco y administra tu almacenamiento
Con el tiempo, Windows acumula archivos basura, temporales y cachés viejos. Eso enlentece todo y ocupa espacio que podrías aprovechar. Para limpiar:
- Busca en el menú Inicio Limpieza de disco y ejecútalo.
- Elige tu unidad principal (normalmente C:).
- Marca las opciones para eliminar archivos temporales, caché y otros cachivaches innecesarios.
- Haz clic en Aceptar y listo.
Para una limpieza más a fondo, puedes usar herramientas como Storage Sense o programas como CCleaner. Eso sí, con cuidado y sin borrar archivos importantes.
Configura los efectos visuales para que sean más ligeros
Windows 11 tiene animaciones bonitas, efectos y transparencias, pero todo eso consume recursos. Quitarlos o reducir efectos hace que el sistema responda más rápido, especialmente en PCs viejitas. Para hacerlo:
- Abre Configuración, ve a Sistema > Acerca de.
- Clic en Configuración avanzada del sistema (bajo “Configuración relacionada”).
- En la ventana de Propiedades del sistema, ve a la pestaña Avanzado, y da clic en Configuración en la sección de Rendimiento.
- Elige Ajustar para obtener un mejor rendimiento. O desmarca efectos como sombras, transparencias y animaciones si quieres ir aún más lejos.
Esto puede hacer que tu Windows se sienta mucho más fluido. Es un sacrificio estético, pero te lo agradecerá el sistema. En máquinas viejas, a veces casi como un reset de velocidad.
Busca actualizaciones y otros extras opcionales
Microsoft no para de lanzar update—a veces con mejoras de rendimiento importantes. Ve a Configuración > Windows Update y dale a Buscar actualizaciones. Instala todo lo que aparezca, especialmente las que son importantes, porque corrijen bugs y hacen que todo vaya más suave.
También revisa las actualizaciones opcionales, como controladores o paquetes de funciones; a veces esas contienen la clave para acelerar aún más tu sistema. Mantener todo actualizado te previene varios dolores de cabeza y lentitud.
Tras hacer estos ajustes, notarás cambios serios: tu Windows 11 puede empezar a responder mejor, arrancar más rápido y en general sentirse más ágil. A veces, un reinicio tras estos cambios ayuda, otras veces no, depende del enredo que tengas por dentro. Pero en esencia, no hay que complicarse tanto; un poquito de mantenimiento preventivo funciona de maravilla.