¡Claro! Aquí te dejo la versión más relajada y con onda como si fuera un blog de tecnología de alguien que se explica con calma y confianza. Espero que te guste:
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Cómo formatear un SSD nuevo en Windows 11
Formatear un SSD nuevo en Windows 11 parece cosa de niños, ¿no? Pero a veces, puede parecer un poquito más complicado, sobre todo si estás apurado o te da cosa perder alguna data. La buena noticia es que Windows trae una herramienta oculta que facilita mucho la tarea: Disk Management (Administración de discos). Es como tener un asistente que te guía, siempre y cuando sepas dónde buscar. Solo conecta tu SSD, espera a que Windows lo reconozca, y desde ahí sigués con los pasos de inicializar, particionar y formatear. Y listo, ya tenés tu disco preparado para lo que quieras: instalar juegos, guardar archivos, o hasta montar un sistema operativo desde cero.
Asegúrate de que tu SSD está conectado
Suena básico, pero no está de más decirlo: revisá que tu disco esté bien conectado. Si es externo, asegurate de que esté enchufado en buen estado. Si es interno, que quede bien asentado en la ranura. A veces, una conexión floja puede hacer que Windows no detecte nada o que el disco aparezca como “No inicializado”. Pero tranquilo, que eso pasa bastante con los discos nuevos, y no es nada del otro mundo.
Entrá en Disk Management
Para abrir la herramienta, apretá la tecla de Windows, escribí “Disk Management” y dale a Enter cuando aparezca. También podés apretar Win + X y elegir “Administración de discos” del menú. En un ratito, se abre la ventana y, si tu SSD está en la lista, ahí lo verás. Si aparece como “No inicializado” o “No asignado”, no te asustes. Puede ser solo que Windows todavía no le sacó onda. A veces, hay que hacer unos pasitos más o reiniciar, pero es todo normal.
Inicializando el disco
Ahora, lo importante: inicializarlo. Hacé clic derecho en tu SSD en la lista y seleccioná “Inicializar disco”. Ahí, elegí entre MBR o GPT. Lo más recomendable hoy día es GPT, porque soporta discos grandes y es el estándar para sistemas modernos con UEFI. Si no estás seguro, GPT es la opción más segura. Cuando hayas elegido, hacé clic en OK
y listo.
Creá una partición
Con el disco ya inicializado, ahora le vas a poner una partición. En la parte que dice “No asignado”, clic derecho y elegí “Nuevo volumen simple”. Esto te abrirá una especie de asistente rápido en el que solo tenés que seguir los pasos: asignale una letra que te sirva (D:, E:, lo que prefieras), ponéle un nombre fácil como “Datos” y usá toda la capacidad del disco. Es lo más cómodo.
¡Hora de formatear!
El último paso es formatear. Cuando llegues a esa pantalla, elegí el sistema de archivos NTFS, que funciona perfecto con Windows y soporta archivos grandes sin problema. Podés marcar la opción de “Formato rápido” para que sea más veloz, y eso está bien para un disco nuevo. Si querés hacerlo más a fondo, podés dejar esa opción sin marcar, pero generalmente, con Quick Format alcanza. Cuando termines, hacé clic en Finalizar
y en unos segundos, tu SSD estará listo para usar.
Tips extra y comandos útiles
Si sos de los que disfrutan meterse en la línea de comandos o querés hacer las cosas a la vieja escuela, también podés usar DiskPart:
- Abrí el Símbolo del sistema como administrador y escribí:
diskpart
- Para ver los discos, tecleá:
list disk
- Seleccioná tu SSD (cambiá disk # por el número que te aparezca):
select disk #
- Si necesita, limpiá o quitá la protección de solo lectura:
attributes disk clear readonly
- Creá una partición principal:
create partition primary
- Formateá y asigná la etiqueta (ejemplo: X, y la etiqueta que quieras):
format fs=ntfs quick label="Nuevo SSD"
- Y, por último, le ponés la letra de la unidad:
assign letter=X
O si preferís todo en la interfaz gráfica, sólo ve a:
- Configuración > Sistema > Almacenamiento > Configuración avanzada de almacenamiento > Discos y volúmenes
Agregar un SSD nuevo a tu equipo no tiene que ser un drama. Con unos pasos básicos, en minutos tenés un disco limpio, listo para lo que sea. Y si por alguna razón lleva un poquito más, no te desesperes: paciencia y vueltas, y todo sale. Al final, cada intento te ahorra dolores en el futuro. ¡Suerte y a montar esa nueva bestia!