Hacer una memoria USB booteable para Windows 11 no es ningun misterio, pero sí es una tarea que puede dar algunos dolores de cabeza si no prestas atención a unos detalles. Quizá ya lo intentaste antes y terminó en fracaso, o simplemente quieres asegurarte de no liarla y perder archivos importantes. La idea aquí es tener un método confiable para poder instalar Windows 11 en cualquier equipo —ya sea el tuyo o de alguien más— sin tener que complicarte demasiado cada vez. Cuando tienes una USB bien hecha, evitas esos momentos frustrantes en los que el PC se niega a arrancar desde la memoria o terminas con archivos corruptos. Cuando lo haces bien, te vale para actualizaciones, instalaciones limpias o incluso para arreglar problemas en marcha.
Qué hacer si tu USB no arranca con Windows 11
Opción 1: Usando Rufus con las configuraciones correctas
Esta es la forma más popular, y sinceramente, si Rufus no funciona a la primera, a veces sólo necesitas intentarlo unas veces más o cambiar alguna opción. Rufus es una joya porque en un solo paso se encarga de formatear y preparar la USB para que sea booteable. Cuando algo falla, generalmente es por incompatibilidades en las particiones o el sistema de archivos. Asegúrate de estar usando la versión más reciente de Rufus y de seleccionar bien las opciones —especialmente la partición y el sistema de destino—.
- Descarga la versión más actual de Rufus.
- Conecta tu USB y abre Rufus.
- En la primera pantalla, selecciona tu USB en el desplegable Device.
- Haz clic en SELECT y busca tu archivo ISO de Windows 11.
- Pon la opción Partition scheme en GPT y el Target system en UEFI (non-CSM). La mayoría de los PCs modernos usan UEFI, pero si tienes una máquina más antigua, cámbialo a MBR y BIOS o UEFI-CSM.
- Asegúrate de que el File system esté en NTFS o FAT32. El FAT32 suele ser más seguro para arrancar en UEFI, salvo que tu ISO sea más grande que 4GB, en cuyo caso quizás te toque usar NTFS.
- Haz clic en START.
Seguir estos pasos ayuda a que tu USB arranque correctamente. A veces el problema es simplemente que la partición y el firmware no están en sintonía. Cuando Rufus termina, tendrás una instalación booteable de Windows 11 lista para usar.
Opción 2: Usando la herramienta oficial de Microsoft
Si Rufus te da guerra o prefieres algo más directo, la herramienta oficial de Microsoft para crear medios es otra opción válida. Es un poco más sencilla, pero también menos personalizable —no puedes tocar muchas opciones—. Aun así, funciona bastante bien, especialmente si solo quieres que funcione sin complicaciones.
- Descárgala desde la página oficial: Página de descarga de Windows 11.
- Ejecuta la utilidad y acepta el acuerdo de licencia.
- Elige la opción Crear medios de instalación (USB, DVD o ISO).
- Configura el idioma, la edición y la arquitectura.
- Selecciona tu USB en la lista (ojo, porque se borrará todo lo que tenga).
- Deja que descargue y prepare la USB, puede tardar un poquito, no te preocupes si ves que va lento en algún momento.
Este método es más directo y fiable, y como es la herramienta oficial, suele hacer bien el trabajo desde la primera ocasión.
Consejos extras: ¿Por qué a veces tu USB no arranca y cómo arreglarlo
Puede ser que, después de hacer todo el proceso, el PC simplemente no reconozca el USB para arrancar desde allí. Normalmente, esto pasa por la BIOS/UEFI. Entra en la configuración de tu equipo (normalmente pulsando Delete o F2 justo al encender) y revisa que Secure Boot esté desactivado si tu USB no está firmado, o actívalo si lo está. También, pon el Boot Mode en UEFI. Y no olvides entrar en el menú de arranque y poner el USB en la primera posición para que intente arrancar desde allí antes que desde el disco duro.
Algunas veces, un reset rápido en la BIOS a los valores por defecto también ayuda si nada funciona. Además, comprueba que el puerto USB en el que estás conectando sea bueno: a veces los USB 3.0 en BIOS antiguos dan problemas, así que prueba en un USB 2.0 si puedes, mejor.
Resumen rápido
- Descarga la ISO oficial de Windows 11 desde Microsoft.
- Prepara un USB de al menos 8GB, limpio y con espacio suficiente.
- Usa Rufus con las configuraciones correctas o la herramienta oficial de Microsoft.
- Revisa las configuraciones del BIOS/UEFI: orden de arranque, Secure Boot, modo UEFI.
- Reinicia, selecciona el USB en el boot y a instalar se ha dicho.
Y para terminar
Hacer una USB booteable de Windows 11 no es nada del otro mundo, siempre y cuando tengas las herramientas y configuraciones correctas. La parte más coñazo suele ser ajustar el BIOS para que reconozca el USB. Pero cuando ya lo consigues, tienes una forma rápida y fiable de instalar o reinstalar Windows cuando sea necesario. Además, da una satisfacción saber que puedes crear tu propio medio de instalación sin buscar por discos o depender de alguien más. ¡Suerte, y ojalá esto te ahorre alguna que otra rabia en el proceso!