Cómo controlar la velocidad de los ventiladores en tu portátil con Windows 11: Guía paso a paso

Controlar la velocidad de los ventiladores en tu portátil con Windows 11 a veces puede ser un rollo. Quizá los fans suenan como un avión a toda marcha aunque solo estás navegando, o quizás están súper silenciosos pero tu máquina empieza a calentarse de más. La buena noticia es que ajustar la velocidad de los ventiladores puede ayudarte a evitar el sobrecalentamiento, reducir el ruido y, en general, tener un poco más de control sobre cómo maneja tu laptop el calor. El tema es que no siempre es fácil, porque Windows no trae una opción directa para modificar los fans. Así que la mayoría recurre a ajustes en BIOS, programas de terceros o las utilidades que viene con el fabricante. Al final, si le apuestas bien, tu portátil puede enfriarse y sonar menos, y eso siempre mola.

Cómo solucionar problemas con el control de los ventiladores en portátiles con Windows 11

Usar la configuración del BIOS/UEFI para controlar los ventiladores

Este es el método clásico, y si quieres control directo del hardware, funciona de maravilla. Solo tienes que reiniciar tu laptop y entrar en el BIOS o UEFI, presionando teclas como F2, F10, Del, o la que te indique la pantalla al arrancar. Una vez dentro, busca la opción de monitor de hardware o control de ventiladores—a veces está en una pestaña llamada “Avanzado” o “Hardware”. Ahí puedes ajustar las curvas de los ventiladores, y le darás un control más preciso, porque todo está en la propia placa. Eso sí, no todos los BIOS/UEFI permiten modificar los ventiladores fácilmente, y en modelos más delgados o recientes, esas opciones suelen estar bloqueadas. En algunos casos, igual tendrás que actualizar el BIOS o reiniciar varias veces para que esas opciones se activen. Y ojo: cambiar estas configuraciones puede hacer que tu portátil arranque con los ventiladores en modo manual o incluso que se sobrecaliente si la configuras mal. Algunos fabricantes, como Dell, HP o ASUS, también ofrecen programas especializados para gestionar mejor los ventiladores, así que échales un vistazo en sus páginas de soporte si el BIOS te da miedo o no encuentras lo que buscas.

Ajustar las opciones de energía en Windows

Esta es una forma más disimulada de influir en el comportamiento de los fans sin entrar en el BIOS. Abre Configuración, ve a Sistema y luego a Energía y batería. Busca tu plan de energía actual—probablemente esté en “Equilibrado”—y clic en Cambiar configuración del plan > Cambiar configuración avanzada de energía. Ahí, busca Gestión de energía del procesador y modifica el Política de enfriamiento. Cámbialo a “Activo” si quieres que el ventilador se ponga en marcha más rápido, o a “Pasivo” si prefieres que suenen menos y mantener el equipo más fresquito. No siempre funciona perfecto, depende mucho del hardware, pero en algunos equipos sí ayuda a gestionar mejor el ruido y la temperatura. Eso sí, algunos modelos traen configuraciones específicas de fábrica que están ocultas en este menú, así que vale la pena explorar. A veces, los ajustes de energía no van a la par con lo que en realidad necesita tu máquina, pero probar no cuesta nada.

Instalar programas de control de fans de terceros

Si meterse en el BIOS te parece demasiado o simplemente no te da la flexibilidad que quieres, puedes probar con programas como SpeedFan o MSI Afterburner. Estos suelen ofrecer controles en forma de barras o curvas donde puedes definir en qué velocidad quieres que funcionen los ventiladores según la temperatura de tu equipo. SpeedFan es bastante compatible con una gran variedad de hardware, aunque a veces detectar los sensores correctos puede ser un poco magia negra. MSI Afterburner, además de para hacer overclock a tu tarjeta gráfica, también puede servir para controlar los fans en muchos laptops, siempre que sean compatibles. La instalación es sencilla: descarga desde la página oficial y evita las fuentes raras. Luego, solo tienes que jugar con la interfaz. Es posible que en algunos equipos la control de los ventiladores esté un poco “cerrada” por el firmware, y estas apps no funcionen a la perfección, pero suelen ser la opción más sencilla para ajustarlo a tu gusto, si tu hardware lo soporta.

Buscar utilidades específicas del fabricante

Muchas marcas tienen su propio software para gestionar temas térmicos o de los ventiladores—piensa en ASUS Fan Xpert, Lenovo Vantage o Dell Power Manager. Estos programas están diseñados para tu modelo concreto, así que generalmente funcionan muy bien. Solo tienes que abrir la utilidad, buscar la sección de control de fans o gestion térmica, y seleccionar un perfil más silencioso o equilibrado. Muchas veces, tienen presets como “Silencioso”, “Equilibrado” o “Rendimiento”, y desde ahí puedes ajustar. A veces, ese es el método más fácil y efectivo, sin tener que meterte en BIOS o andar instalando programas raros.

Actualizar drivers y firmware

Parecerá aburrido, pero tener los drivers actualizados—sobre todo los del chipset, gráficos o gestión del sistema—puede marcar la diferencia en cómo se controlan los fans. Visita la web de tu fabricante para asegurarte de tener la última versión del BIOS, drivers y firmware. Algunas veces, solo actualizando el firmware—incluso una versión menor—puedes desbloquear o mejorar el control de los ventiladores. Usa Windows Update o las herramientas propias del fabricante para mantener todo al día. Esto puede solucionar problemas como sensores de temperatura engañosos o fans que se activan a todo trapo sin motivo. En realidad, muchas veces esa es la causa principal, así que vale mucho la pena mantener todo fresco y actualizado.

En resumen, jugar con estas opciones a veces puede hacer que tu portátil, que suena como una turbina, pase a ser mucho más silencioso y fresco. No siempre todo funciona perfecto en todos los modelos, pero combinando BIOS, software y actualizaciones, seguro que mejoras bastante la situación. Solo tienes que tener paciencia y estar atento a las temperaturas—y evitar ponerlo en riesgo por experimentar demasiado. ¡Suerte y que tu laptop respire mejor!