Actualizar a Windows 11 parece bastante sencillo al principio: solo tienes que comprobar si tu dispositivo es compatible, ir a Windows Update en la configuración y pulsar el botón de actualización. Pero, como ocurre con muchos de estos importantes cambios de sistema operativo, no siempre es tan sencillo en la práctica. A veces, la opción de actualización no aparece de inmediato, o tu PC se queja de incompatibilidades de hardware, incluso sabiendo que debería ser compatible. Es frustrante cómo Windows puede ser tan meticuloso con estos aspectos, sobre todo cuando estás deseando obtener las últimas funciones. Esta guía te ayudará a aclarar algunos puntos, para que no acabes con la pantalla en negro intentando averiguar por qué la actualización falló de nuevo.
Cómo solucionar problemas comunes al actualizar a Windows 11
Compruebe la compatibilidad correctamente
En primer lugar, confiar solo en la herramienta PC Health Check no siempre es suficiente; a veces no funciona, especialmente si tu hardware está en el límite o está ligeramente modificado. Por lo tanto, además de ejecutar PC Health Check de Microsoft (descárgalo del sitio oficial), es buena idea volver a verificarlo manualmente. Confirma que tu dispositivo tenga al menos un procesador de 64 bits (preferiblemente Intel de 8.ª generación o AMD Ryzen serie 3000 o posterior), 4 GB de RAM o más y un SSD o HDD de 64 GB o más. Y no olvides verificar si tu firmware es UEFI con Arranque seguro habilitado, lo cual es necesario para Windows 11, y si tu chip TPM está activado en la BIOS. A veces, Windows no marca estos requisitos correctamente, por lo que un vistazo rápido a la configuración de tu BIOS/UEFI (presiona Supr o F2 al iniciar) puede ahorrarte dolores de cabeza.
Asegúrese de que su sistema esté completamente actualizado
Parece obvio, pero vale la pena mencionarlo: instala las últimas actualizaciones de Windows 10 antes de volver a intentarlo. A veces, el sistema bloquea la actualización porque se queda atascado en un extraño limbo de actualizaciones. Para ello, ve a Configuración > Actualización y seguridad > Windows Update y haz clic en Buscar actualizaciones. Instala todo lo disponible y reinicia un par de veces si es necesario. En algunos equipos, el botón de actualización solo aparece después de instalar todas las actualizaciones pendientes. No sé por qué funciona, pero en una configuración funcionó después de una nueva actualización de Windows; en otra, tuve que reiniciar dos veces.
Liberar espacio de almacenamiento
Windows 11 necesita bastante espacio para instalarse sin problemas, así que libera tu disco, sobre todo si tienes poco espacio. Usa el Liberador de espacio en disco o ve a Configuración > Sistema > Almacenamiento. Borra archivos temporales antiguos, desinstala aplicaciones que no uses y considera mover archivos grandes a un disco duro externo o a un almacenamiento en la nube. Unos 20-30 GB de espacio libre suelen ser más seguros; cuanto más, mejor, sobre todo si tu disco duro está casi lleno. Lo último que quieres es que la actualización falle por falta de espacio.
Comprobar la configuración de arranque seguro y TPM
Aquí es donde los requisitos de hardware de Microsoft complican la vida a los usuarios. Reinicia en BIOS/UEFI pulsando Supr o F2 (o la opción que utilice tu fabricante).Busca la configuración de Arranque seguro y asegúrate de que esté habilitada. Lo mismo ocurre con el TPM (Módulo de plataforma segura) : debería estar activado, normalmente en la pestaña Seguridad o Opciones avanzadas. Si tu hardware no es compatible con TPM o está desactivado, Windows 11 no mostrará la opción de actualización, e intentar forzarla mediante modificaciones del registro no suele merecer la pena. Es mejor actualizar el hardware si es posible o seguir con Windows 10 por ahora.
Obtenga el Asistente de instalación de Windows 11 o ISO
Si la actualización sigue sin aparecer, otro truco es usar el Asistente de instalación de Windows 11 de Microsoft. Descárgalo, ejecútalo y revisará tu PC de nuevo. Luego, intenta actualizar directamente. Como alternativa, puedes crear una ISO de arranque con herramientas como Rufus o su sitio web oficial y realizar una instalación limpia. Sí, es más laborioso, pero a veces es la única manera de evitar bloqueos de actualización inusuales. Solo asegúrate de hacer una copia de seguridad de todo primero, ya que una instalación limpia borra tus archivos y aplicaciones.
Tenga paciencia y esté atento a las actualizaciones de firmware/controladores
En algunas configuraciones, el botón de actualización aparece después de actualizar el firmware de la BIOS/UEFI. Consulta la página web del fabricante para ver las últimas versiones de la BIOS, especialmente si tu hardware es antiguo o está diseñado a medida. Además, actualiza tus controladores (especialmente los de gráficos, red y chipset) a las últimas versiones, ya que Windows 11 puede ser exigente con la compatibilidad del hardware. A veces, lo más complicado es esperar: si la actualización parece atascada, espera unas horas o intenta reiniciar y comprobar de nuevo. No sé por qué, pero en algunos sistemas, un reinicio completo después de todas las actualizaciones es suficiente para que finalmente aparezca el botón de actualización.
Cuando todo lo demás falla, reinstale o revierta
Si tus intentos de actualizar fracasan, una instalación limpia podría ser la mejor opción: simplemente inicia desde una unidad USB preparada con la ISO de Windows 11. O, si actualizaste recientemente y presenta errores, puedes volver a Windows 10 en un plazo de 10 días desde Configuración > Sistema > Recuperación. Después, prácticamente tendrás que hacer una instalación nueva. La clave es tener copias de seguridad a mano y estar listo para una reinstalación si algo sale mal.
De nuevo, no hay una solución mágica, pero seguir estos pasos suele solucionar la mayoría de los problemas de actualización. A veces, Windows solo necesita un pequeño empujón y paciencia. Algo que funcionó en varias máquinas; ojalá te funcione a ti también.
Resumen
- Verifique nuevamente la compatibilidad del hardware (TPM, Arranque seguro, CPU).
- Actualice primero todos los parches de Windows 10.
- Libere suficiente espacio en su disco.
- Verifique la configuración del BIOS/UEFI para Arranque seguro y TPM.
- Si es necesario, pruebe las herramientas de instalación de Microsoft (Asistente o ISO).
- Tenga paciencia y mantenga sus controladores/firmware actualizados.
Resumen
Instalar Windows 11 no siempre es facilísimo, pero con algunos ajustes, suele ser factible. Si la actualización no se activa, los métodos anteriores suelen solucionar la mayoría de los obstáculos. A veces, el hardware simplemente no está listo, y ahí es donde la cosa se complica. Pero si todo cuadra, la nueva interfaz y las nuevas funciones hacen que valga la pena resolver estos pequeños problemas. Crucemos los dedos para que esto ayude y mucha suerte con la actualización.