Cómo actualizar a Windows 11: una guía completa paso a paso

Actualizar a Windows 11 puede parecer sencillo al principio, pero a veces no es tan sencillo como parece. Problemas de compatibilidad, errores de instalación extraños o que el proceso se alargue demasiado…eso puede pasar. No se trata de complicarlo más, sino de ser un poco molesto cuando el sistema se bloquea o se niega a actualizarse. La buena noticia es que, con algunos ajustes y algunos consejos prácticos, normalmente puedes ponerlo en marcha sin complicaciones. En resumen, esta guía te explica qué funcionó, qué no y cómo solucionar problemas cuando la actualización se resiste.

Cómo actualizar a Windows 11

Una vez que tu PC sea compatible y hayas hecho los preparativos, actualizar puede ser un proceso bastante sencillo, si todo sale bien. Pero a menudo no es así. Por eso, conviene tener algunos trucos bajo la manga, como comprobar la configuración correcta, actualizar los controladores o incluso modificar algunos archivos del sistema si es necesario. Esto no es una solución mágica para todos los problemas, pero si la actualización se bloquea, falla o simplemente no arranca, estos consejos podrían ayudarte a solucionar el problema.

Asegúrese de que su hardware y sistema cumplan con las especificaciones (de verdad)

Este es el punto clave. Si tu PC no cumple con los requisitos mínimos (un procesador de 64 bits compatible, TPM 2.0, Arranque seguro activado, suficiente RAM y almacenamiento), nada funcionará. Descarga la herramienta PC Health Check de Microsoft, ejecútala y comprueba qué indica. A veces, incluso si indica “compatible”, ciertas configuraciones de la BIOS, como TPM 2.0 o Arranque seguro, están desactivadas, lo que dificulta la instalación. En algunos equipos, activarlas en la BIOS es muy útil: busca las opciones en Seguridad o Arranque en el menú de la BIOS.

La copia de seguridad es esencial porque, sí…las cosas pueden salir mal.

Aunque tengas confianza, pueden pasar cosas. Usa herramientas integradas como el Historial de archivos o sube archivos importantes a un servicio en la nube. Para quienes tengan configuraciones complejas, un disco duro externo y el sistema de copias de seguridad de Windows en Configuración > Actualización y seguridad > Copia de seguridad pueden ahorrarte muchos dolores de cabeza. La experiencia demuestra que el proceso de actualización a veces puede borrar las preferencias o causar fallos extraños, así que más vale prevenir que curar.

Descargue los archivos de instalación correctamente

Si Windows Update genera errores o la actualización sigue fallando, considera obtener la ISO oficial de Windows 11. Usar la Herramienta de Creación de Medios (ejecutar MediaCreationToolW11.exe) a veces puede solucionar problemas persistentes con Windows Update. Ten en cuenta que, en algunas configuraciones, descargar directamente desde el sitio web o crear un USB de arranque con Rufus (con la ISO) facilita mucho la instalación. Y sí, asegúrate de que tu disco duro tenga suficiente espacio libre (al menos 64 GB) antes de iniciar la instalación.

Siga las instrucciones cuidadosamente, pero sepa cuándo hacer una pausa.

El asistente de instalación suele ser sencillo, pero puede complicarse. Si el proceso se bloquea o se repite constantemente, apagar y reiniciar el sistema puede ayudar a borrar la caché. En raras ocasiones, la actualización se bloquea debido a controladores desactualizados o hardware incompatible. En ese caso, inicie en modo seguro (mantenga presionada Shift + Restartla tecla Mayús mientras hace clic en Reiniciar en Windows) y actualice los controladores de sus dispositivos manualmente mediante el Administrador de dispositivos ( Panel de control > Administrador de dispositivos ) o descargue las versiones más recientes de los sitios web de los fabricantes de hardware. Como Windows no es perfecto, a veces no encuentra el controlador correcto, por lo que las instalaciones manuales son la mejor opción.

Verifique nuevamente la configuración del BIOS y TPM si las cosas se salen de control

Algunas personas olvidan que necesitan habilitar TPM 2.0 y el Arranque seguro en la BIOS, y Windows se niega rotundamente a instalarse. Para solucionar problemas, acceda a la BIOS (normalmente pulsando Deleteo F2al iniciar), luego busque opciones como TPM, Módulo de plataforma segura y Arranque seguro. Actívelas, guarde los cambios y vuelva a intentarlo. Ah, y si su BIOS está desactualizada, actualizarla podría solucionar problemas de compatibilidad. Las actualizaciones de la BIOS varían según la placa base; consulte la página web del fabricante para obtener instrucciones.

Y, por supuesto, a veces solo es cuestión de esperar o volver a intentarlo más tarde. Las actualizaciones de Windows pueden ser difíciles de realizar en algunas configuraciones, especialmente si el sistema lleva tiempo funcionando o presenta muchos conflictos de software extraños. No dude en desconectar también los periféricos innecesarios; a veces, un simple ratón o un concentrador USB pueden causar conflictos.


Como Windows tiene que complicar todo un poco, no todas las soluciones funcionan de inmediato. Pero la mayoría de las veces, comprender dónde se bloquea y revisar los aspectos básicos (BIOS, controladores, espacio de almacenamiento) marca una gran diferencia. Y tenga paciencia. A veces, la actualización se realiza correctamente después de varios intentos o tras un par de reinicios. No sé por qué funciona, pero en algunas configuraciones, con solo reiniciar un par de veces se puede terminar de instalar Windows 11.