Cómo actualizar a Windows 11 en hardware no compatible: una guía sencilla

Intentar subir a Windows 11 con un equipo que no cumple los requisitos oficiales puede parecer algo así como tratar de meterte en unos pantalones una talla más chicos — raro, pero al final, se puede si conoces algunos truquillos. La idea es saltarse algunas verificaciones de Microsoft y tocar unas cuantas configuraciones. Aviso rápido: esto no es la forma oficial, así que puede que te encuentres con algunos problemitas como fallos de compatibilidad o cuelgues raros. Pero si te animas, aquí tienes una manera más o menos casera, pero efectiva, de poner Windows 11 en marcha en tu máquina.

Cómo actualizar a Windows 11 en hardware no soportado

Este método básicamente te ayuda a saltarte las verificaciones del TPM, Secure Boot y otras comprobaciones que Microsoft pone para bloquear las instalaciones en máquinas no compatibles. La idea es engañar a Windows para que piense que todo está en orden y que puedes instalarlo sin problemas. Eso sí, puede que después tengas algunos problemas con los controladores, pero muchas veces, así puedes probar esas funciones nuevas antes que nadie.

Paso 1: Checa tu sistema actual

Lo primero, mira si tu equipo realmente cumple al menos con los requisitos básicos. Anota cuál es tu CPU, cuánta RAM tienes y cuánto espacio de almacenamiento. No vale adivinar. La forma más fácil es abrir Configuración Win + I, ir a Sistema > Acerca de. Si tu CPU es vieja o tienes menos de 4GB de RAM, prepárate para algunos lags o errores.

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En algunos casos, solo con verificar esto, puede que la máquina sea un poco de lotería. Después de instalar, quizás te llevas una sorpresa — buena o mala. Avisado quedas.

Paso 2: Haz copia de seguridad

Este paso no se valora lo suficiente, pero en serio, copia toda tu info antes de meterte en líos con archivos del sistema o instalaciones nuevas. Usa un pendrive, un disco externo o la nube. Mejor prevenir que acabar con un sistema sin datos importantes porque te saltaste alguna comprobación.

Paso 3: Descarga la ISO de Windows 11

Ve a la web oficial de Microsoft y descarga la Herramienta de creación de medios desde [su página de descarga de Windows 11](https://www.microsoft.com/software-download/windows11). Ábrela, crea un USB booteable con al menos 8GB, y prepárate para arrancar desde ahí.

Paso 4: Salta las comprobaciones del TPM y Secure Boot

Este paso es el más delicado. Tienes que editar el registro de Windows para decirle que todo está bien, aunque tu equipo no tenga TPM 2.0 o Secure Boot activados. Porque, claro, Windows necesita poner más trabas de las necesarias. Aquí te dejo cómo hacerlo en versión rápida:

  1. Antes de comenzar, arranca en tu Windows 10 o lo que tengas.
  2. Abre el Editor del Registro presionando Win + R, escribe regedit y dale a Enter.
  3. Ve a HKEY_LOCAL_MACHINE\SYSTEM\Setup
  4. Haz clic derecho en Setup, selecciona Nueva > Clave y nómbrala LabConfig.
  5. Selecciona esa nueva clave, en el panel de la derecha haz clic con botón derecho y escoge Nueva > Valor DWORD (32 bits).
  6. Crea los siguientes valores y ponles el valor 1:
  • BypassTPMCheck = 1
  • BypassSecureBootCheck = 1
  • SkipUUPUpgrade = 1 (a veces ayuda a saltarse otras verificaciones)

Con esto, le dices a Windows que ignore esas comprobaciones del hardware. Cierra el editor del registro, y desde el USB inicia la instalación. Ah, y si no funciona a la primera, inténtalo varias veces o revisa bien que todo esté correcto. A veces, un reinicio ayuda a que los cambios surtan efecto.

Paso 5: Instala Windows 11

Arranca desde ese USB que preparaste. Cuando cargue el instalador, solo sigue los pasos: elige la opción de hacer una instalación limpia, sin conservar nada (porque ya hiciste respaldo). Selecciona la partición y que comience la instalación.

Curiosamente, muchas veces, después de esos truquillos, Windows 11 se instala sin dramas, aunque tu hardware no esté en la lista oficial. Pero ojo, es probable que algunos drivers no funcionen bien, especialmente en hardware muy antiguo o no soportado. La clave es tener a mano los controladores más importantes, tipo gráficos o chipset, desde el sitio del fabricante.

Este método no garantiza 100%, pero si tu equipo es medianamente compatible, puede ser una buena solución para evitar quedarte atrás.

Consejos para actualizar a Windows 11 en hardware no compatible

  • No te vuelvas loco: algunos componentes simplemente no van a funcionar sin más.
  • Mejor actualiza los controladores antes de empezar — especialmente tarjeta gráfica y Wi-Fi.
  • Si quieres mantener tu sistema actual, mejor prueba con doble arranque en lugar de formatear todo.
  • Busca en foros o Reddit experiencias con hardware parecido; la comunidad suele tener buenas ideas.
  • Prepárate para ir probando y arreglando cosillas; las actualizaciones no siempre salen perfectas a la primera.

Preguntas frecuentes

¿Se puede instalar Windows 11 sin un chip TPM 2.0?

Sí, con las modificaciones en el registro como te enseñé. Pero ojo, no todos los hardware se van a comportar igual y puede que algunas funciones no funcionen del todo bien.

¿Mi PC funcionará bien después de esto?

La verdad, puede que no. Es un truco y la estabilidad no está garantizada, especialmente en hardware muy viejo o no compatible oficialmente.

¿Es seguro hacerlo así?

En general, sí, siempre y cuando tengas todo respaldado. Pero, como en todo, asumes tus riesgos si algo sale mal.

¿Puedo volver a Windows 10 si algo falla?

Si hiciste una copia de seguridad o tienes un recovery drive, sí. Si no, puede ser más complicado, por eso no olvides hacer respaldo antes de empezar.

¿Necesito una licencia nueva?

Si actualizaste desde Windows 10 con una licencia válida, probablemente no. Solo guarda bien tu clave de activación, por si acaso.

Resumen

  • Verifica que tu hardware tenga al menos lo mínimo (CPU, RAM, espacio).
  • Haz copia de seguridad antes de meter mano.
  • Crea tu USB con la ISO de Windows 11.
  • Modifica el registro para saltarte las verificaciones.
  • Arranca desde el USB y mete mano en la instalación.

Y eso sería. La idea es que te sirva para no quedarte atrapado por las restricciones oficiales. Al fin y al cabo, muchas máquinas medianas aguantan el tirón, solo hay que darles un empujoncito. ¡Suerte y a disfrutar la nueva cara de Windows!