Pasar de Windows 8.1 a Windows 11 suena a simple en teoría, pero en la práctica, a veces aparecen algunos truquillos que pueden complicar las cosas. Quizá tu PC está justo en el límite de los requisitos mínimos, o el asistente de instalación te lanza algún error raro que no entiendes. No te preocupes, si quieres un sistema más moderno y con mejor cara, hay que armarse de paciencia y seguir estos pasos. Lo importante es hacerlo bien para que tus archivos no corran peligro y todo funcione sin problemas después. Además, no te voy a mentir, ¡es bastante chulo ver esa interfaz nueva y esas funciones modernas en marcha! Solo que primero hay que prepararse bien.
Cómo actualizar a Windows 11 desde Windows 8.1
No es exactamente una autopista, pero con la preparación adecuada, se puede hacer sin dramas. Lo que toca hacer es: respaldar tu información, comprobar que tu hardware aguanta Windows 11, y conseguir el asistente de instalación. La clave está en prestar atención a cada paso porque Windows puede ser un poco quisquilloso si tu PC está justo en el límite o si hay alguna configuración que necesita un retoque.
Comprueba si tu equipo es compatible y está listo
Primero, necesitas que tu máquina cumpla con los requisitos básicos: procesador de 64 bits compatible, mínimo 4 GB de RAM y 64 GB de espacio en disco. Windows 11 no quiere correr en hardware muy viejo, así que si tu PC tiene unos años, conviene que lo revises bien. La forma más fácil es descargar y ejecutar la herramienta de comprobación de estado del PC de Microsoft. Te dirá si tu equipo está listo para la actualización o si necesitas hacer alguna mejora. La mayoría de las veces, la herramienta puede dar un falso positivo, diciendo que no puedes actualizar cuando en realidad sí puedes. No te preocupes, con un vistazo a las especificaciones o en el Administrador de dispositivos, puedes aclarar la cosa rápidamente.
Descarga y ejecuta el Asistente de instalación de Windows 11
Ve al sitio oficial de Microsoft y descarga el Asistente de instalación de Windows 11. Nada de buscar en sitios raros o de terceros, mejor ir a lo seguro. Cuando lo tengas, ábrelo y revisará tu hardware. A veces te indica que no eres compatible, aunque tú estés seguro de que sí. Si tienes algún antivirus de terceros, puede ser buena idea desactivarlo durante la instalación, porque Windows se pone quisquilloso con los programas de seguridad externos.
Empieza con la actualización — con la computadora conectada y cargada
Sigue las instrucciones en pantalla, acepta los términos y selecciona las opciones que prefieras. Lo más importante es que mantengas la PC enchufada durante todo el proceso, porque suele tardar y no quieres que se apague en medio. Algunos usuarios han visto que si la batería se agota, la actualización se queda a medio camino y hay que empezarla de nuevo. La velocidad depende de tu hardware, así que prepárate con una taza de café. Si te aparece algún error raruno, revisa los logs o busca en internet el código del error; muchas veces la causa son controladores que no están actualizados o hardware incompatible, aunque la herramienta diga lo contrario.
Una vez instalado, explora y ajusta tu nuevo Windows 11
Cuando tu PC arranque con Windows 11, verás la interfaz fresca y algunas pantallas de configuración inicial. Quizás algún driver o hardware externo no funcione a la primera, así que es buena idea revisar en el Administrador de dispositivos y actualizar controladores. También, recuerda volver a activar tu antivirus y revisar las configuraciones de seguridad. La actualización suele salir bien si te preparaste, pero a veces te puedes encontrar con algunos pequeños detallitos. ¡No pasa nada, con calma y un poco de paciencia todo se arregla!