Configurar el Modo Alto Rendimiento en Windows 11
Activar el Modo Alto Rendimiento en Windows 11 puede hacer que tu computadora pase de ser un sedán familiar a un coche deportivo, especialmente cuando tienes tareas exigentes como jugar en alta gama o editar videos. Esta opción sube la configuración del sistema al máximo, sacrificando algo de autonomía para obtener una velocidad pura. Es un truco útil, sobre todo cuando la lentitud habitual ya no basta.
Cómo activar el Modo Alto Rendimiento
La verdad es que ponerlo en marcha no es complicado, aunque puede estar un poco escondido en los menús. Aquí te explico cómo llegar allí.
Primero, abre la aplicación de Configuración. Para ello, pulsa ese Inicio en la esquina inferior izquierda (o simplemente usa Windows + I para ir directo). Te saldrá la pantalla de Configuración de Windows, que es como el centro de control para ajustar todo lo relacionado con el sistema.
Luego, haz clic en Sistema. Aquí encontrarás opciones clave, desde la pantalla hasta el sonido. Es como una tienda de todo lo que puedes ajustar en tu PC. Desplázate un poco hacia abajo hasta encontrar Energia y Batería. En algunos equipos, esta opción puede estar oculta detrás del icono de la batería en la barra de tareas—es un acceso directo oculto.
Una vez en Energia y Batería, busca Configuración adicional de energía. Allí se abrirá la ventana de Opciones de energía, esa interfaz clásica del panel de control. Si quieres ir rápido, escribe control powercfg.cpl
en la ventana de Ejecutar (Windows + R) y presiona Enter. ¡Y listo, ya estás allí!
Ahora verás una lista de planes de energía. Si no ves Alto rendimiento inmediatamente, haz clic en Mostrar planes adicionales. Selecciona esa opción. Este plan hará que tu CPU y GPU funcionen al máximo, ideal si necesitas toda la potencia posible. Además, si te apetece, puedes crear un plan personalizado basado en la configuración de Alto Rendimiento.
Cuando actives este modo, seguramente notarás que las cosas se cargan más rápido y tus programas podrán gestionar tareas exigentes con mayor facilidad. Eso sí, recuerda que mantenerlo así agota más la batería, así que es recomendable usarlo cuando estés conectado a la corriente, a menos que te guste jugar con la batería bajando más rápido que el aceite en un motor viejo.
Si notas que tarda un poco en activarse al cambiar de plan, no te preocupes: puede tardar un momento en ajustarse, sobre todo si es la primera vez que usas esa configuración en tu equipo. Incluso podría necesitar un reinicio rápido para quedar completamente activo.
Consejos útiles a tener en cuenta
Al aumentar el rendimiento, lo mejor es mantener el equipo conectado. De lo contrario, tu portátil puede entrar en modo de ahorro de energía automáticamente, lo que provoca que la batería se agote rápido y el equipo se caliente. Si no es para una sesión larga, puedes volver a un plan más equilibrado como Equilibrado o Ahorro de energía para conservar recursos. Y no olvides vigilar la temperatura: un exceso puede reducir la vida útil, especialmente en laptops con sistemas de enfriamiento poco efectivos.
Resumen rápido
Activar el Modo Alto Rendimiento en Windows 11 puede transformar tu máquina, haciéndola sentir como nueva al enfrentarte a tareas pesadas. Solo hay que tener en cuenta el consumo energético y cambiar de modo según convenga. Con algo de práctica, alternar entre configuraciones será cosa de segundo. Si esto ayuda a mantener la cordura durante un proyecto largo o una noche de gaming, ¡habrá valido la pena!
- Abre Configuración (Windows + I)
- Dirígete a Sistema
- Selecciona Energia y Batería
- Haz clic en Configuración adicional de energía o ejecuta
control powercfg.cpl
- Elige Alto rendimiento o activa mediante
powercfg /S SCHEME_MIN
Ojalá esto te ahorre algunas molestias y, si logra que una actualización ande más ágil, ¡todo un logro!